Posts etiquetados ‘Alfabetismo’

En el 2019, antes de entrar en la pandemia, la UNESCO publicó la tercera versión de su «Marco de competencias de los docentes en materia de TIC«, como herramienta para orientar el contexto de la formación docente, que facilite la integración de las TIC en su práctica profesional, con miras al colaborar con cumplimiento de lo establecido en la Agenda 2030.

En su presentación, como podrán ver en la página 1 del texto, si deciden revisar el documento, la UNESCO especifica que «La versión 3 del Marco de competencias de los docentes en materia de TIC responde a la reciente evolución tecnológica y pedagógica en el campo de las TIC y la educación, e incorpora en su estructura principios inclusivos de no discriminación, acceso abierto y equitativo a la información e igualdad de género al impartir educación con apoyo de las tecnologías. Aborda las repercusiones de los recientes avances tecnológicos en materia de educación y aprendizaje, como la inteligencia artificial (IA), las tecnologías móviles, la Internet de las cosas y los recursos educativos abiertos, en apoyo a la creación de sociedades del conocimiento inclusivas» (UNESCO; 2019, p.1)

Seguramente, y como parte de su actualización, la UNESCO incorporará los principales aprendizajes obtenidos durante la pandemia, pero mientras tanto, aquí les dejo un par de datos, así como el enlace al documento (otra vez), para que quienes aún no lo conocen, o no lo han leído, puedan revisarlo.

El marco, está retratado en el siguiente gráfico, en el que se puede apreciar que las competencias se organizan con lógica matricial, cruzando los niveles de desarrollo de las competencias, con los aspectos a las que están dirigidas.

Gráfico del Marco de competencias de la UNESCO

Como se imaginarán,  en una publicación en un blog es imposible comentar todos los contenidos del documento, por lo que en este momento y dada la situación de la formación docente en Venezuela, haré unos comentarios sobre un aspecto esencial que se ha puesto en evidencia, como un problema de fondo, la alfabetización digital. Seguramente, en otro momento, comentaré otros aspectos de este Marco, pero creo que,  dada la experiencia vivida durante la pandemia, es importante arrancar por ahí. 

Un docente que no conoce y maneja las TIC, no puede incorporarlas de forma efectiva en el proceso de aprendizaje y tampoco acompañar a los estudiantes (en toda su diversidad) a utilizarlas tanto en el proceso de aprendizaje, como en el desarrollo de su vida plena, ciudadana y productiva. Es por ello que es imprescindible que «los educadores adquirieran competencias y conocimientos básicos de alfabetización digital para aplicarlos en los correspondientes contextos curriculares». (UNESCO; 2019, p.20)

Sin embargo, el desarrollo de la alfabetización digital, no es un proceso que se produce mágicamente, ni que puede descansar en la voluntad y recursos de los docentes. Es un proceso que se debe diseñar e instrumentar desde el ente rector del sistema educativo que incluye la incorporación de espacios en los sistemas de formación inicial de los docentes, así como, la construcción de espacios de actualización y perfeccionamiento en ejercicio, dirigidos a ello. Estos deben incluir una evaluación del nivel de alfabetización y manejo de las TIC, para orientar mejor los procesos formativos que deriven en los cambios en en enfoque y en las prácticas docentes. 

En la página 31, pueden ver, en este cuadro, el resumen de las competencias en términos de alfabetización digital.

De acuerdo con los aprendizajes que la UNESCO obtuvo de las versiones anteriores, uno de los aspectos de utilidad del marco, fue la definición de «criterios de evaluación para determinar los niveles de competencia de los docentes en materia de TIC». Aquí en Venezuela no se ha aprovechado para ello, dado que la evaluación parece estar vetada, como práctica natural del sistema educativo. 

Como verán, en Venezuela estamos muy atrasados en la instrumentación de la lógica propuesta por la UNESCO. Eso explica, entre otras, las dificultades para desarrollar un modelo híbrido de enseñanza, en el marco de la pandemia. 

A esta altura, es importante preguntar ¿cómo se hará viable, tanto la recuperación del del tiempo, de los aprendizajes y el desarrollo de la alfabetización digital en los docentes, como la incorporación efectiva de las TIC en todas las escuelas de Venezuela, sin ningún tipo de restricciones y discriminación?

 

(Aquí un hilo relacionado con Alfabetismo Digital, publicado este 9 de octubre del 2021)

Hablando de Alfabetismo Digital, les cuento que anoche me tropecé con un video que decía era del volcán de La Palma (1). Por la hora y las fuentes, guardé los tuits para revisarlos antes de enviar a mi familia. Vean la cantidad de RT y me gusta, vean la descripción en ambos.

Al abrir el tuit para ver el video, en ambos casos, encuentran varios comentarios aclarando que no es el volcán de #LaPalma. Algunos sólo dicen que no es y otros aportan información complementaria (en algunos casos errada, por cierto 😂😂).

Pero supón que eres el primero en verlo.

Lo primero que puedes hacer es buscar la fuente, para ello tienes que ver el video completo, por si tiene identificación o créditos y ver la bio del que publica, ¿es periodista, científico, reside en la zona? Puede ser turista pero eso se vería, en todo caso, en sus publicaciones.

Ojo, que no sea profesional o no haya tenido acceso directo, no lo descalifica, porque puede ser un ciudadano informado. Es lo parco de la descripción lo que puede hacerte buscar más. ¿Es de #LaPalma? y si lo es, ¿de qué día? Ver lava y acantilados, no es suficiente.

Pero sigamos.

Veamos los créditos. ¿Tiene presentación y autoría, al principio o al final, o tiene un logo o marca de agua, que lo identifique? Ésto es útil también, si en lugar de verlo en las redes, te llega por WhatsApp.

En este caso, en la esquina superior derecha está el logo respectivo:

¿Quién es «Aurora Borealis Observatory» y qué hacía filmando la erupción de un volcán? Como estaba en Twitter, busqué si tenía cuenta y la tiene, pero no publica desde el 2019. Sin embargo, está el enlace a su página.

Ajá, es lo que su nombre dice, ¿y dónde entra el volcán?

Después de un rápido paseo por la página, decidí hacer una búsqueda complementaria en Google, con el nombre de la empresa y encontré que tiene página en Facebook también. Y entre los videos con más de 500 mil vistas, aparece de primero el del volcán.

Vean la fecha y el lugar.

El video también está publicado en YouTube por una cuenta un poco más responsable que los tuiteros, porque pone la fuente y el resto de los créditos de su publicación.

Como verán, no basta encontrar un contenido, pensar que es relevante o impactante, y compartir sin investigar.

En 1997, en una entrevista que Carolyn Pool hizo a Paul Gilster, éste decía que «no se puede entender la información que se encuentra en Internet sin evaluar sus fuentes y ponerla en contexto» (2). Evaluar información en múltiples formatos es esencial en el Alfabetismo Digital.

Y para los que quieran ver más que capturas, aquí dejo los enlaces:

Por cierto, este hilo tuvo su origen en un par de intercambios que tuve, a raíz de la entrevista que me hicieron en Circuito Éxitos, en el programa Zona Éxitos, que conducen Adriana Núñez Rabascall y Lila Vanorio, que pueden escuchar aquí:

Notas:

(1) Si quieren tener información sobre la erupción volcánica en La Palma, pueden este enlace: https://www.ign.es/web/vlc-serie-palma

(2) Pool, C.R. (1997). A New Digital Literacy: A Conversation with Paul Gilster. Educational Leadership, 55 (3), 6-11.

Cuando las computadoras no soñaban con estar regadas por cada rincón del planeta, ni mezcladas en cada actividad de nuestras vidas, en la universidad, en la escuela y en la vida cotidiana, debías coger un lápiz o un bolígrafo y escribir.

Aprendías caligrafía para que lo escrito pudiera ser entendido por cualquiera, claro, que supiera leer. (Creo que hasta los médicos lo intentaban, aunque no estoy muy segura de eso).

Si tenías que entregar un trabajo, lo escribías a mano. Si querías mandar noticias a tu familia en otro país, o en otra ciudad, incluso, si querías enviar un poema o una nota romántica al amor de tu vida, lápiz o pluma, y papel, eran la base.

Había una especie de conexión orgánica, entre tu corazón, tus neuronas, tus músculos, y el grafito o la tinta que fluía por la punta de la pluma, que hacía que se plasmaran ideas y sentimientos clara y precisamente, en el papel. Bueno, con tanta claridad y precisión como tu corazón y cerebro lo quisieran.

En algunas escuelas, después de cierto nivel de estudio, preferirían la escritura con pluma, al lápiz y el borrador. Eso fomentaba el cuidado tanto de la caligrafía, como de las ideas a expresar.

Con el tiempo, se fue colando la máquina de escribir y la mecanografía se convirtió en una asignatura de educación para el trabajo, en bachillerato.

Una de las cosas curiosas de ese cambio, era que el reto estaba es tipear sin ver, en lograr una especie de programación entre tu mente y los movimientos de los dedos de las manos, que permitía leer y transcribir, de forma simultánea. No eran tan importantes las palabras y los significados, las ideas y su coherencia, como la velocidad de transcripción.

Escribir a mano seguía siendo una norma para muchas cosas, pero hacerlo a máquina comenzó a convertirse en la modalidad de elaboración de cierto tipo de actividades en las escuelas y posteriormente, en las universidades se convertiría en norma.

En ambos casos, si te equivocabas, tenías que borrar o volver a comenzar. Si la equivocación era muy grande, la solución era comenzar de nuevo.

Para minimizar los errores, se elaboraba previamente un borrador de lo que se quería decir. El borrador era perfecto para tachar, reordenar, poner notas al margen y afinar muy bien la lógica y el discurso.

Estos detalles de la escritura a mano, incluso de la escritura a máquina, con las importantes diferencias entre ambas, en cuanto a las habilidades desarrolladas, hacían del acto de escribir, un proceso que requería nuestra atención. Los errores costaban tiempo, papel, inspiración, tinta, estética (incluso goma de borrar y tipex).

Los detalles y su importancia, han ido mutando desde entonces. Así como el tipo de habilidades que se cultivan y desarrollan, a partir de la escritura.

Claro, el uso de las computadoras y su presencia en todos los ámbitos de nuestras vidas, ha sido, aunque cada vez más acelerado, progresivo.

En sus lentos inicios, algo del enfoque y del cuidado se mantenía, porque cuando se tenía que guardar lo escrito en un disco, uno de 5 y 1/4, por ejemplo, el cuidado en la redacción y en el foco de las ideas que se querían comunicar, debía mantenerse, porque si cometías un error que requería «editar», hacerlo podía costarte todo el trabajo.

Los que me conocen, a esta altura se estarán preguntando a qué viene este cuento, porque como saben, soy una amante de las TICs, desde que aparecieron.

Sin embargo, cada día veo con más preocupación y tristeza, la ligereza en la comunicación, comenzando por la de quienes aprendieron a escribir a mano, pasaron por la máquina, con y sin tipex, y su primer trabajo en computadora, lo guardaron en un disco de 5 y 1/4.

Me preocupa también que las nuevas generaciones estén perdiendo la oportunidad de desarrollar ciertas habilidades, procesos y competencias, porque no usan nunca papel y lápiz para escribir y para dibujar.

Pero lo que me llevó a escribir hoy ésto, es mi preocupación por lo que considero como una especie de «analfabetismo ocular», que está en medio de todo el proceso, una especie de descuido crónico «justificado», que hace que se pierda o se enrede la comunicación, porque parece más importante decir algo, que decir lo que se quiere comunicar.

Decir, porque parece más importante enunciar que participar. Soltar imágenes, palabras y frases, como esperando que el otro te lea la mente, desenrede y organice tus ideas y, obviamente, «comprenda». Si te da la razón, mejor.

Si se tratara de nuevas generaciones, diría que hay que revisar a fondo, el sistema educativo (más allá de las razones por las que lo he dicho muchas veces ya), pero como se trata de generaciones que tuvieron la oportunidad de escribir solo a mano, a mano y a máquina, incluso en las primeras computadoras, creo que hay una parte de la alfabetización básica, pero también, de las competencias comunicativas y de la cultura ciudadana, que se requieren reconstruir o restaurar.

Les cuento que hoy me encontré con una muy buena entrevista hecha por «Tiching. El blog de educación y TIC», a Isabel Solé (Catedrática del Departamento de Cognición, Desarrollo y Psicología de la Educación de la Universidad de Barcelona), sobre la lectura.

Obviamente, no les voy a contar la entrevista.

Sólo les adelanto que me encantó que hiciera énfasis en cada niño tiene un ritmo de aprendizaje propio y el aprendizaje de la lectura no es diferente. Y que hay factores como la curiosidad, que el niño encuentre sentido a lo que lee, que tenga referencias lectoras (adultos amantes de la lectura) en su entorno familiar y escolar y que en su familia el lenguaje escrito esté muy presente en la cotidianidad, que facilitan y aceleran el proceso.

También me gustó que se incluyera en la conversación que la forma en la que los niños aprenden a leer es determinante en cómo entiende el papel de la lectura en su vida. Si el tiempo se invierte principalmente en decodificar, o solo para saber lo que el texto dice, se perderá la posibilidad de lograr que los niños valoren la lectura para pensar y reflexionar sobre lo que el texto dice, para comprender y aprender.

Enseñar a los niños a trabajar el texto y a trabajar sobre las ideas del texto debería ser uno de los propósitos de la enseñanza de la lectura. Enseñar a identificar cuando tienen suficiente conocimiento previo para entender lo que leen y cuál es su utilidad en la vida y en el aprendizaje. Saber que cada disciplina científica tiene una manera de escribirse y de leerse y que seguirán aprendiendo a leer a lo largo de toda su formación y su vida, son aspectos de la enseñanza de la lectura que se deben trabajar y valorar en las escuelas. 

Y finalmente, me encantó la mención de un detalle nada insignificante: la dotación, que los niños tengan a mano muchas lecturas para escoger, con la condición de que se trate de lecturas de mucha calidad y que tengan la libertad para decidir que leer. Y en este punto me voy a permitir citar a Isabel Solé cuando dice «todo lo que tiene que ver con el disfrute de la lectura está directamente relacionado con el respeto que tenemos por sus deseos (los de los niños) a la hora de escoger». Siempre podemos hacer sugerencias para ampliar el horizonte de su selección, pero con la conquista, porque la imposición no es buena consejera.

Aquí les dejo el enlace: Isabel Solé: “Ceñir la lectura a un nivel instrumental es limitador”

Léanla, que seguro la disfrutarán mucho y aprenderán reflexionando con ella.

El pasado 8 de septiembre, con motivo del Día Internacional de la Alfabetización, el Blog de la Educación Mundial publicó un interesante artículo de Cristóbal Cobo, director del Centro de Estudios Fundación Ceibal de Uruguay y una siempre interesante referencia en el mundo educativo. 

La publicación se titula «Nuevos Alfabetismos y Pensamiento Computacional en el Plan Ceibal en Uruguay»

El artículo parte de la premisa de que el concepto de alfabetización evoluciona en la medida en que la sociedad modifica sus formas de construir el conocimiento, y haciendo una rápida pasada por las ideas que dieron origen al concepto, define pensamiento computacional  como:

Pero como la idea es que disfrutes el artículo y saques tus propias conclusiones, termino comentándote que, de acuerdo a la información suministrada por Cristóbal, en América Latina, además de la experiencia piloto que se realiza en Uruguay, hay iniciativas para incorporar el desarrollo del pensamiento computacional, en Chile, Perú, Argentina, México y Colombia. (En el párrafo del artículo en el que se hace esta mención, hay enlaces que permiten conocer las experiencias en esos países).

Aquí te dejo el enlace para que lo leas completo:  http://wp.me/p71vx9-yI